sábado, 29 de mayo de 2010

Un mundo feliz

El autor
Aldous Leonard Huxley (26 de julio de 1894, en Godalming, Surrey, Inglaterra22 de noviembre de 1963, en Los Ángeles, California, Estados Unidos) fue un escritor anarquista inglés que emigró a los Estados Unidos. Miembro de la reconocida familia de intelectuales Huxley. Conocido por sus novelas y su gran abanico de ensayos, publicó, también, relatos cortos, poesía, libros de viaje e historias para películas y guiones. Mediante sus novelas y ensayos, Huxley ejerció como crítico de los roles sociales, las normas y los ideales. Se interesó, asimismo, por los temas espirituales, como la parapsicología y la filosofía mística, acerca de las cuales escribió varios libros.

La obra
Escrita en 1932, la novela se sitúa en una sociedad ubicada en el siglo XXI, y puede decirse que el protagonista es la misma sociedad.
Es notable la capacidad de anticipación del autor, especialmente de algunas facetas que hoy son una realidad plena:
La primera es el desarrollo de la genética humana, especialmente después del descubrimiento del genoma humano (la tecnología reproductiva y la programación genética) a lo que el autor agrega ideas, como la del cultivo de humanos. Esto conduce a la formación programada de castas: Alfa (conductores y dirigentes de las estructuras sociales), Beta (el nivel inmediato inferior, ámbito de los gerentes y colaboradores principales), Delta (nivel intermedio, operarios calificados) y por último los Gamma y Épsilon, que son los que realizan las labores más duras. Como la programación genética determina el nivel social antes del nacimiento de las personas, en función de su inteligencia, la movilidad social es nula.
La segunda anticipación se refiere a la práctica generalizada del consumo actual de calmantes, ansiolíticos y psicotrópicos en general, que no resuelven los problemas que son causa de ansiedad, tensión, fobias y angustia, sino que ocultan los síndromes e inhiben sus efectos, haciendo que la vida sea más llevadera y las personas más estúpidas. En la novela, todas las personas reciben gratis una única droga placentera (la droga de la felicidad), llamada soma.
La tercera (que en la actualidad tendría un desarrollo embrionario) es una suerte de educación (o programación de conductas sociales) denominada hipnopedia, que consiste en la repetición sistemática de consignas durante el sueño, de modo que no se registre la recepción de los mensajes, a fin de que su contenido lleva a que las personas actúen con la certeza de que sus conductas son absolutamente naturales. En nuestros días esta actividad corre por cuenta de los medios de comunicación, en especial de la TV, a cuyo cargo corre la implantación de criterios, mitos, creencias y falsificaciones destinados a ejercer el control social en beneficio de los sectores de poder más concentrados de los países y del mundo todo.
El mundo aquí descrito podría ser una utopía, aunque irónica y ambigua: la humanidad es desenfadada, saludable y avanzada tecnológicamente. La guerra y la pobreza han sido erradicadas, y todos son permanentemente felices. Sin embargo, la ironía es que todas estas cosas se han alcanzado tras eliminar muchas otras: la familia, la diversidad cultural, el arte, la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía.

El argumento
Bernard Marx y Lenina Crowne
Los dos personajes (cuyos nombres hacen alusión al líder soviético Lenin y al fundador del comunismo Karl Marx) presentan puntos de vista opuestos de esta sociedad. Lenina es la perfecta ciudadana, feliz y "neumática", conforme con su comportamiento, cumpliendo su función en la sociedad, que se relaciona con cuantos hombres le sea posible, pero bastante incapaz de ejercer su libertad de pensamiento; ella no reconoce su amor por el "Salvaje", como un conflicto emocional con su acondicionamiento.
Por oposición, Bernard Marx tiene algo del forastero, intelectualmente más listo que los demás (alfa-plus) -su inteligencia hace que no responda al acondicionamiento-pero físicamente es más pequeño que el Alfa promedio, se enfrenta (o al menos cree enfrentarse) a problemas sociales incluyendo el rechazo social por parte de las mujeres de su casta y falta de respeto por parte de las castas inferiores. Como resultado, se ha convertido en un inadaptado social, avergonzado cuando trata de propiciar citas con mujeres, desinteresado por los deportes, prefiere ser miserable que tomar soma y a menudo expresa opiniones de inconformismo. El comportamiento inaceptable de Bernard lo mete en problemas con su jefe, el Director del Laboratorio de incubación y Acondicionamiento. Sin embargo, Bernard obtiene permiso para visitar la Reserva Salvaje, donde lleva a Lenina.

La Reserva y el Salvaje
La segunda mitad de la novela comienza con la visita a la reserva. Es aquí donde se presenta el otro protagonista principal de la novela. John el Salvaje es el hijo de dos ciudadanos del Mundo Feliz (es el resultado de un error accidental en el método anticonceptivo). Pronto se verá que su padre no es otro que el jefe de Bernard; éste estaba de visita en la reserva cuando su madre se perdió; quedándose allí sola, dio a luz a John. Él creció con el estilo de vida de la tribu de los zuñi (Nativos Americanos de Estados Unidos), y su religión, que es una mezcla entre creencias zuñi y cristianas. Sin embargo, también recibe la influencia de la educación que le da su madre (quien le enseñó a leer) y del descubrimiento de las obras de William Shakespeare. El choque cultural que resulta cuando el "salvaje" es llevado a la sociedad del "Mundo Feliz", como lo llama inicialmente, proveé un conducto para que Huxley compare los valores de la sociedad con los nuestros y señala los mayores defectos de la sociedad del Mundo Feliz.
El punto clave de carácter moral del libro gira alrededor de dos problemas diametralmente opuestos. El primero, y el más obvio, es que para asegurar una felicidad continua y universal, la sociedad debe ser manipulada, la libertad de elección y expresión se debe reducir, y se ha de inhibir el ejercicio intelectual y la expresión emocional. Los ciudadanos son felices, pero John el Salvaje considera que esta felicidad es artificial y "sin alma". En una escena crucial discute con otro personaje, el Interventor Mundial de Europa Occidental Mustafá Mond, sobre el hecho de que el dolor y la angustia son parte tan necesaria de la vida como la alegría, y que sin ellos, poniéndolo en perspectiva, la alegría pierde significado alguno.
El segundo problema presentado en la novela es que la libertad de elección, la inhibición de la expresión emocional y la búsqueda de ideas intelectuales resultan en la ausencia de la felicidad. Este problema se muestra en principio a través del personaje de Bernard, pero también a través del comportamiento de John en las fases finales de la novela. Incapaz de suprimir por completo su deseo hacia Lenina, que considera inmoral, y preso del remordimiento por no expresar su dolor ante la muerte de su madre, busca aislarse de la sociedad.

Resolución
En el último capítulo, Bernard Marx y su amigo Helmholtz Watson van al exilio en las islas, pero no se le permite al Salvaje ir con ellos. En cambio, encuentra un viejo faro en la zona rural de Inglaterra y se establece allí. Intenta iniciar una nueva vida como un ermitaño, incluyendo un régimen de mortificación de la carne y autoflagelación. Desafortunadamente, al ser ahora una celebridad, es acosado constantemente por los paparazzi. Finalmente, después de un video de él autoflagelándose, los visitantes llegan en mayores cantidades, entre ellos Lenina, y sucumbe a una orgía de sexo y soma. La mañana siguiente, presionado por el dolor, el remordimiento y la desesperación, se suicida.
En otros temas, el libro ataca la producción del ensamblaje en línea como humillante, la liberación de la moral sexual calificándola como una afrenta contra el amor y la familia, el uso de eslogans, el concepto de un gobierno centralizado, y el uso de la tecnología para controlar los pensamientos y acciones de la gente. Mientras Huxley ataca el surgimiento de las actitudes socialistas y comunistas, también se opone a la sociedad consumista y capitalista. De hecho, los motivos finales son más fuertes que los anteriores: en la novela, el fundador legendario de la sociedad fue Henry Ford, el desarrollador de autos y creador del sistema de la línea de montaje industrial. La letra T (una referencia al Modelo T de Ford) ha reemplazado la Cruz cristiana como un símbolo casi religioso.
El título del libro es una cita de Miranda en el acto V de la obra La Tempestad de Shakespeare, cuando ella conoce por primera vez otra gente diferente a su padre. John el Salvaje es fanático de Shakespeare, lo cual lo ubica en un rango superior a la mayoría de la distópica humanidad de Huxley. Al igual que la mayoría del pasado artístico y logros culturales, las obras de Shakespeare son archivadas y desconocidas en esta sociedad, excepto por los controladores mundiales.

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